Ya llevamos tres semanas con Windows 10 y parece que el tirón mediático ha surtido efecto, pues en tan poco tiempo ya lo han instalado 50 millones de usuarios.
La mayor parte han sido actualizaciones gratuitas, desde Windows 7 o Windows 8.1, además de la actualización desde las versiones Preview para los participantes en el programa Insiders.
En el caso de actualizar desde una versión legítima de Windows 7 u 8.1, tras el inicio de Windows 10 el sistema comienza automáticamente con el proceso de activación (lo podemos lanzar manualmente si no disponemos de conexión a Internet o si vemos que no se ha activado él sólo).
Durante este proceso, los servidores de activación de Microsoft comprueban que la clave original es legítima y la convierten a clave de Windows 10, validando la activación del equipo. En dicho proceso queda guardado en los servidores de activación de Microsoft el estado de activación de nuestro equipo.
A partir de este momento la clave pasa a ser de Windows 10, por lo que ya no nos servirá para activar un Windows anterior, al menos inicialmente. Desde el momento de la primera activación tras la actualización disponemos de 30 días para volver atrás y restaurar el anterior sistema operativo, con lo que la clave volvería a corresponderse con aquel. Esta recuperación la podemos hacer desde la aplicación de configuración, actualización y seguridad, recuperación y allí podemos encontrar la opción de volver al sistema anterior (o a una compilación anterior de Windows 10 en el caso de permanecer en el programa insiders, que permanece activo ofreciendo nuevas builds a sus miembros).
La gran diferencia con el proceso anterior de activación es que si ahora volvemos a instalar Windows 10 desde cero en la misma máquina, ya no es necesario introducir la clave de activación. Cuando la pida dejamos en blanco el cuadro y pulsamos «siguiente» dos veces y la instalación continúa. Al finalizar, cuando realiza el proceso de activación, el servidor de activación comprueba que esa máquina ya está activada y le proporciona la licencia de activación para la misma versión de Windows 10, sin necesidad de haber introducido la clave en ningún momento.
Todo esto funciona para las versiones Retail y OEM de Windows Home y Windows Pro. Las versiones Enterprise no disponen de esa actualización gratuita y requieren una clave MAK para su activación, o realizar la misma mediante un servidor KMS o ADDS.
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